viernes, 9 de febrero de 2018

Pluton


Plutón fue descubierto en 1930 en Arizona por Percival Lowell en plena entreguerra. La niña inglesa de once años Venitia Burney propuso el nombre, PLUTO, el perro de Walt Disney. De ahí, Plutón, manifestándose la ley de causalidad en una aparente casualidad. Su descubrimiento  puso a la humanidad la enorme prueba de las guerras mundiales; la última finalizó tres años antes del comienzo de la Era de Aquarius (1948). Es el astro de la Iniciación,  tiene mucha influencia sobre las masas y sobre las guerras. Es la profundización en la conciencia y el equilibrio entre el macrocosmos y el microcosmos. Si Urano  guía a las sociedades de tipo fraternal y altruista y, Neptuno, a las sociedades esotéricas, Plutón  rige las Escuelas de la verdadera Iniciación. Nada es por casualidad, y Urano, Neptuno y Plutón fueron divisados cuando la humanidad los necesitó.  Los 248 años de la revolución  del planeta alrededor del Sol  constituyen la suma de los 164 años del período de Neptuno  más los 84 años de Urano. Así Plutón  es como una síntesis de ambos. Tiene relación directa con la energía sexual, entendida como energía vital en sentido amplio. Por lo tanto, este planeta nos habla del uso que hace la persona de esta energía, fundamentalmente en tres vertientes o posibilidades: auto transformación, relación sexual e instinto pasional. En primer lugar, indica la capacidad de la persona para la transformación de su propio carácter y de su conducta. Cuando los problemas nos acucian y las situaciones personales nos resultan extremadamente son difíciles, podemos decir que este planeta ha entrado en nuestras vidas con su poderosa energía. Eso sí, le llaman Plutón El Rico, porque aunque  quita,  da algo a cambio. La mayoría de las pruebas a que nos somete Plutón son necesarias para nuestra evolución, probablemente no hemos sido capaces de darnos cuenta de los avisos previos (que son muchos) que hemos ido recibiendo sin hacer caso. Muchos son los casos referentes a la pareja que se va deteriorando sin hacer nada al respecto hasta que Plutón hace contacto con un planeta determinado en una casa determinada y crash; o el clásico infarto por no llevar o tomar la vida adecuadamente. El trabajo de auto transformación es duro y requiere muchas veces una intensa energía. La vibración plutoniana podría definirse por la interpretación del INRI: Igne Natura Renovatur Integra (es por el fuego que se renueva la naturaleza). Se entiende que es el fuego interno, la luz interna, la conciencia, la fuerza espiritual. Gracias a los obstáculos y duras pruebas que pone Plutón, las asperezas del carácter se van limando y, poco a poco, el ser humano va aprendiendo a controlar las circunstancias que le rodean. En la mayoría de las ocasiones esta purificación interna requerida puede conllevar sufrimiento, y una dura lucha espiritual, cuyo fin último es llegar a un equilibrio entre el macrocosmos y el microcosmos. Este planeta se relaciona con la esencia budista, las prácticas de yoga y las de meditación, así como todos los métodos de autorrealización. Se asocia con el inconsciente, los cambios inevitables, el mundo subterráneo, las erupciones volcánicas y los terremotos, los grandes negocios, el comienzo y el fin de las etapas de la vida. Rige: las fuerzas creativas y regenerativas del cuerpo, las gónadas, rige y la propia energía sexual, entendida en sentido amplio como energía vital. El metal que le corresponde es el plutonio y es junto con Marte, el planeta regente del signo Escorpio.

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